Este sistema de protección de cultivos se inició en Italia en la década del 60’. Actualmente en Europa se define como malla antigranizo a la tela que está realizada con el método de “giro inglés”, a partir del uso del polietileno de alta densidad, que es la materia prima, se elige la densidad que se le dará a la trama del tejido. Esto lo realizan los telares que se programan por computadora y al usar el sistema de giro inglés se logra una trama más rígida, que es lo que permite que cuando el granizo cae, golpee contra la malla y rebote.
Mendoza tiene durazneros, ciruelos, perales, olivos, cerezos y viñedos (parral y espaldera), cubiertas con protección antigranizo.
La tela de color negro es la más usada en Mendoza. Ésta no debe superar el 15% de sombra en los cultivos. Tiene una densidad de 2,5 hilos por centímetro y una garantía de durabilidad de 10 años y está protegida con sustancias químicas contra los rayos ultravioletas. La tela de color negro, por el momento, se importa desde Italia, pero muy pronto se confeccionará en la Argentina, con menos costos para el productor.
Menos difundida, pero también de excelente rendimiento y calidad, la tela de color blanco, se fabrica en la Argentina con certificado e inspección del INTI. Tiene una vida útil de 7 a 8 años, la proyección de la sombra no supera el 5%. El polietileno es de alta densidad y está protegido contra rayos ultravioletas y antioxidantes. El diámetro del hilo es de 0,30 milímetros, la red pesa 52 gramos por m2 y soporta hasta 18 kilos por cm2.
Pero, según los técnicos, la base de todo y el éxito del trabajo pasa por la estructura que sostiene la malla. Para colocarla, es necesario capacitarse, conocer y hacer cálculos de materiales, diferentes clases de alambres, y asegurarse que “las anclas” vayan a una profundidad de 1,70 metros. Los postes, esquineros, los interiores, la orientación de la instalación, la caída que debe darse al granizo, entre los callejones de los cultivos son los detalles que determinan el éxito o el fracaso del sistema.
Principales efectos ocasionados por la malla sobre el ambiente:
- disminuye la temperatura del aire
- disminuye la intensidad de luz
- aumenta la humedad relativa.
Impacto sobre las características de los frutos:
- Tamaño: al provocar un aumento en la humedad relativa, aumenta el contenido hídrico del fruto, lo que implica un aumento de peso y diámetro.
- Color: la disminución de la radiación incidente provoca una disminución en la tonalidad del color del fruto, explicándose por una menor síntesis de antocianina.
- Firmeza: ésta se asocia al espesor de la pared celular, por lo que depende de la cantidad de fotoasimilados, la cual se asocia a la intensidad lumínica.
Efectos internos:
- disminución del contenido de sólidos solubles
- aumento de la acidez
- disminución del RATIO
- generalmente retraza la madurez del fruto alargando los estadios fonológicos, especialmente en aquellas mallas antigranizo color negra.
Efectos sobre la sanidad del fruto:
Debido al microclima generado por este sistema de protección, fundamentalmente en cuanto a la humedad relativa, proporciona un ambiente propicio para proliferación de enfermedades, especialmente fúngicas.
En el cultivo, la malla, se puede disponer de dos formas:
En “espaldero”, también se denomina “grembiule” y es aquel en el cual la malla antigranizo va a los costados de la planta. O en "parral", donde la tela va por encima como una carpa.
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